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Siete de Junio, día del donante.

Siete de Junio, día del donante.

Hoy se conmemora a nivel europeo el día del donante.

Me gustaría desde aquí agradecer a la familia de un joven que, hace 5 años regaló su corazón (nunca mejor dicho) a mi abuelo, que por desgracia falleció el pasado 12 de Febrero. Han sido 5 años más que disfrutamos de su compañía gracias a la bondad de esta familia, ya que el estado en que se encontraba antes del transplante era fatal. Un hombre de más de 1'80 de altura con poco más de 55 kilos. Recuerdo su vuelta del hospital (1 mes despues del trasplante) a casa, la alegría que respirábamos todos al ver a aquel señor que, con el paso de los días ya podía andar sin tener que parar cada 2 pasos como antes. Parecía que nos habían traído un abuelo nuevo. Volvía a tener ganas de vivir, cosa que antes no.

En el último y más grave infarto, fue mi padre dada la gravedad y la urgencia el encargado de llevarlo al hospital, y cuando se encontraban a menos de 2 quilómetros de él, mi abuelo ya sin fuerzas tiraba la toalla, le decía que volviese hacia casa, que prefería morir allí con su familia y no rodeado de médicos. Al llegar, tuvo que ser mi padre el que lo transportó en brazos a urgencias, ya que había poco personal de servicio (Fue la madrugada de fin de año del 2000). Recuerdo el día 1 de enero como un día triste, nadie hablaba en casa. Nadie estaba en casa, todos estábamos en el hospital aunque no fuese más que con la mente. Las noticias eran poco esperanzadoras, y mi abuelo fue trasladado finalmente al Hospital Juan Canalejo, el mejor hospital en lo que se refiere a afecciones cardíacas. No contaban que resistiera esa noche. Pero milagrosamente se fue recuperando, aunque sus visitas al hospital eran cada vez más frecuentes. Allí conoció al Doctor Hermida, con quien trabó gran amistad.

"O Gordo" como él lo llamaba, le había propuesto someterse a un trasplante de corazón. Le había inyectado una gran dosis de la droga más intensa: La ilusión. Recuerdo que mi abuelo no era de mucho leer, pero en una tarde sin dejar que nada le interrumpiese, se calzó un libro informativo bastante gordo.

Pasados los meses, 6 más o menos, una llamada en la madrugada confirma lo que mi abuelo ya intuía. Iba a ser transplantado ese mismo día. "Sentía que iba a pasar algo hoy, no pude dormir en toda la noche" dijo. Sin complicaciones, la cirugía salió como estaba previsto y como comenté antes, me devolvieron un abuelo con, si nos ponemos, más ganas de vivir que yo y sobre todo, con más ilusión por que cada día tuviese algo de especial.

Piensen que habrá muchos abuelos como el mío, incluso gente más joven que yo. Y si cree que en "el otro mundo" los va a necesitar, créame, serán más útiles aquí. Pueden salvar muchas vidas.

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